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lunes, 19 de octubre de 2015

Montería en La Aliseda. 17 de Octubre de 2015. Viejos recuerdos, ilusiones nuevas.

Estrenando ilusiones y collera volvía después de muchos años a una clásica del calendario en Sierra Morena: La Aliseda. 
Cruzar el humbral de la puerta del Mesòn Despeñaperros y venir a mi memoria una mañana de hace 33 años cuando aquel salòn atiborrado de gente vestida de verde producía un murmullo ensordecedor. Aquellas cristaleras que asoman al corazòn de Despeñaperros siguen pareciéndome 30 años después los balcones de la mismísima gloria. Aquella primera vez que fui a una montería fue al Collao de los Jardines que daba Chamocho. Inevitable recordarlo cuando piso el mesòn. Me apunto mentalmente que tengo que venir a comer con la familia.
Sorteò mi anfitriòn el 10 de las Aguas en la víspera. Un collado que dominaba el salto entre dos barrancos y que ampliaba su campo de tiro a un espolòn a bastante distancia. Fuera de  nuestro tiradero pero dentro de nuestra visiòn un enorme pandero que garantizaba el entretenimiento. No era fácil la postura.
A las 12:04 empezamos a escuchar las primeras ladras, no muy abundantes, en pos del cervuno. Unas cuentas carreras a las ciervas nos tuvieron atentos la primera parte de la mañana hasta que un zorro nos dió muy educadamente los buenos días y en un abrir y cerrar de ojos pegò un rabotazo yéndose por donde había venido sin dejar que le devolviera el saludo.
Fue apagàndose el ímpetu de las rehalas y decayendo la intensidad de la jornada hasta tocar a recogida desde los puntales. Ardua tarea para los màs afortunados la de cargar en los coches las piezas cobradas. Digna de menciòn la pericia de tres jòvenes capaces de meter en el maletero de un coche negro dos venados y un marrano que les alegraron el día.
Es difícil en esta montería a "mataycuelga" conocer el resultado exacto pero vimos en el camino de vuelta unos cuantos venadetes de primera cabeza en las cunetas del carril. No se caracteriza por trofeos importantes La Aliseda pero si tiene su importancia matarle la caza a una mancha en la que las redes tienen mucha ventaja. Se trata de una montería tradicional y auténtica en la que el lance, por lo general rápido y difícil, cobra protagonismo sobre el trofeo. 
La comida fue, de nuevo, en el mesòn y fue tan agradable y sabrosa como la tertulia que mantuvimos con Joaquín "Pucherete" y su yerno hablando de la montería de hoy, de la de ayer y de la del mañana. Bendita aficiòn. 

4 comentarios:

Nocturno dijo...

RESULTADO FINAL SEGÚN VETERINARIO: 17 VENAOS Y 3 MARRANOS

Anónimo dijo...

Que gratos recuerdos me trae esta finca y sobre todo el tres de la simona.
Un saludo.

Fdo. Pablo Vacas.

Anónimo dijo...

Yo también tuve la suerte de ir con mi hijo a esa montería hace ya unos años, no mate nada pero me traje un bonito día en esa pedazo de sierra en un marco tan mirado desde pequeño cuando iba a Madrid y siempre que pasábamos por el despeñaperros siempre hacíamos el mismo comentario, "anda que no tiene que haber venaos y guarros". bueno Paco ya queda muy poquito, y parecía que nunca iba a llegar la temporada......
Un abrazo
Miguel Varón

Anónimo dijo...

Esta montería tiene un encanto especial, tradicional y puestos muy bonitos, además el poder llevarte la res entera si la matas le da un plus añadido. Para mi, la monteria y lq batida de enero son fijas en mi calendario. Alguna res más cayo, yo llegué casi de noche con un cochino que se nos fue herido y lo tuvimos que rastrear. Mientras estabamos en la junta de carnes, llegó otro venaillo y otro cochino, asi que serían más de lo que dice el compañero