Ni la mejor entrada de este año se ha acercado a la peor registrada hace dos años. La de la foto.
Es curioso. Se dice que cada aficionado al futbol lleva dentro un seleccionador. Del mismo modo a muchos aficionados a los toros nos gusta jugar a ser empresarios de la plaza de nuestros amores e imaginar combinaciones, seleccionar ganaderías y fijar los precios.
Este año, no iba a ser menos, la floja asistencia a los festejos de la Feria de San Agustín ha sido un tema recurrente en las tertulias de aficionados en la feria y en los corrillos se le "echaban los números" a la empresa Funciones Taurinas.
El caso es que la cacareada crisis y la ausencia de José Tomás pusieron en guardia al señor Matilla. Además, la experiencia del empresario salmantino en otras ferias que regenta le invitaron a "asegurar" en el ciclo agosteño y cambió el planteamiento de la feria.
Para empezar, redujo el número de festejos suprimiendo una corrida de toros y además cambió la posición del festejo de rejones ubicándolo en medio de la feria cuando tradicionalmente era el broche del serial. Ambas cosas cayeron como un tiro en la afición linarense.
Intuyo que Matilla pensó en concentrar la afluencia de público en tres tardes en vez de dispersarla en cuatro. Algo así como buscar tres buenas entradas en vez de cuatro entradas flojas. De hecho, no se puede decir que fueran malos carteles. Se repartieron los presuntos alicientes taquilleros y el resultado fueron dos cartelés de interes y nada baratos: Morante por un lado, Juli por otro. Manzanares por un lado, Ponce por otro. La de rejones bajaba un punto por la ausencia de Mendoza, pero no se puede decir que fuera mala combinación y colocada en Domingo podría haber sido la salvación de la feria ya que es un festejo con casi los mismos ingresos qe una corrida de toros pero muchos menos gastos.
Esos mismos carteles en la feria de Linares de los últimos años hubieran metido de tres cuartos para ariba. Sin embargo dos medias plazas y menos de eso en los caballos han sido los aforos registrados en los tendidos, además de un escasísimo ambiente alrededor de la feria taurina del 2010.
¿Es que acaso han dejado de interesar los toros en la ciudad?, ¿Tantísimo ha influido la crisis?,¿sin José Tomás no hay slavación? Puede ser, pero por encima de todo, lo que ha ocurrido es que el aficionado le ha dado la espalda a la estrategia, al planteamiento "amarrategui" de la empresa. El cambio y , sobre todo, el recorte ha sentado tan mal que la afición ha pagado a la empresa con su misma moneda: dando un paso atrás.
Ya me lamentaba en una entrada anterior porque cuando se baja un escalón en estas cosas luego es muy difícil volver a subirlo. Y encima, puede que hayamos facilitado el argumento de "no hay público para más".
Queda un año para despejar dudas. Mientras tanto, desde el Ayuntamiento imagino que se siguen haciendo "valoraciones positivas" y afirmando sin sonrojo que la de San Agustín, en lo taurino y en lo demás, sigue siendo una de las ferias más importantes de Andalucía. ¿Cómo serán las poco importantes?
En fin, estas reflexiones, probablemente equivocadas, han surgido entre espeto y espeto mientras jugaba a ser empresario. No tengo ningún dato que apoye mi teoría ni tampoco la intención de molestar a nadie. Como reza el título, estoy de vacaciones y...es por hablar de algo.
Saludos.