400 kilómetros pabajo y 400 kilómetros parriba. Mal contados, sí. Pero dan tiempo a pensar cómo contar el fin de semana de Caravales....Pues aún no se por dónde ni cómo empezar.
Será, quizás, porque se agolpan tantas sensaciones y tantas vivencias que es difícil valorarlas, seleccionarlas y darles forma.
Así, a bote pronto, no me queda más que recordar y agradecer lo agusto que me he sentido con mi nueva collera, Talo. Ese tío es jamón. Igualmente jamón, del bueno, del que pone El Manzano en la plaza de Aracena, es mi amigo Jim y toda su familia que nos han hecho sentir en su casa como en la nuestra.
Con esa collera y esos anfitriones, era muy difícil que se torciera el fin de semana y, sin embargo, el Sábado se puso un poco de culo en el 8 de los Bonetes. La niebla, el agua, el viento y un tiradero complicado hicieron que no estuviésemos cómodos ni un minuto en toda la manñana. Apenas cumplieron unas cuantas ciervas por la postura por lo que nos fuimos a la comida con los deberes sin hacer.
Buen almuerzo en el salón de cazadores y de postre, reparación de pinchazo en un carril con barro hasta los ojos. Para el café ya había 41 venados con una media muy bonita y sorprendentemente pareja, 3 gamos, 2 muflones y 2 cochinos.
Los premios gordos me pillaban muy cerquita: Jmor y el primo Pedro mataron dos venados con pinta de bronce y Guillermo y Victoria un gamo de categoría. Todos tan contentos. Nosotros también,...pero sin los deberes hechos.
Noche, la del Sábado, de velar armas y la tropa de Montesa más tranquila después de la dura batalla que se libró el Viernes noche en los bares, restaurantes y pubs de Aracena. Los últimos, los más valientes, ya con las bayonetas caladas y en sangriento cuerpo a cuerpo siguieron luchando hasta que asomaba el sol. Hubo pocas bajas no obstante.
El Domingo, con un día espléndido, se echó la mancha de la cucharera. desde el 9 del cierre del mismo nombre, y con la ayuda de Urbano Orta de secretario, disfrutamos de una espectacular postura y un día de montería igualmente excepcional.
Incontables las carreras y las ladras y de entre una veintena de venados que cumplieron, esta vez sí, al puesto tuvimos la suerte de seleccionar dos de los mejores en dos lances para el recuerdo.
De vuelta al cortijo, aún tiraban algunos puestos completando el cupo, la mayoría con venados bonitos y algunos, algo más que eso, como Juan que se llevó para Granada un precioso 13 puntas que ni dibujado. Las reses, en general se habían apretado en la parte de la mancha más alejada al tostoneo del día anterior siendo las armadas de esa zona las que más caza disfrutaron, como Paco, Víctor y Sara que apuntaron en un papelito la friolera de 89 venados y casi doscientas ciervas que pasaron por los pelaos de su postura.
Más prisas en el personal en la comida por el largo viaje que quedaba y último vistazo al tapiz de 36 venados, 1 gamo, 1 muflón y 1 marrano.
Más de 80 reses en total con un gamo y dos venados que se meten en terrenos de metales una vez medidos en la taxiermia y una decena de venados rondando los 160 puntos. Números que resumen un fin de semana muy bueno en lo cinegético y de los que hacen grupo.
El viaje de vuelta, con Talo y Pepe Sánchez Garzón hablando de temas de dos rombos...memorable. Aún me rio.
Se os quiere.
P.D: Qué gusto me da ver al pequeño Loren, a Rodrigo, a los hijos de Emilio soriano...a toda la chiquillería bullendo durante todo el fin de semana. Que no falten. El año que viene a ver si aporto yo a mi primalón a la cuadrilla.