Las previsiones meteorológicas se cumplieron el Sábado y en La Armenta se presentó una lluvia copiosa y constante que, aderezada con fuertes rachas de viento, hicieron de la jornada un ejercicio de fé y afición a la montería.
Pedro sorteó el 3 de Fuente la Osa. Puesto en la parte alta de un cortafuegos no muy largo pero con una pendiente muy pronunciada. Tocaba dejar los coches a buena distancia y comenzar el ascenso en aquellas condiciones.
No sabía qué le fatigaba más. Si la lluvia, el viento, el peso del morral o el de los años. El caso es que le costaba mantener el equilibrio en aquel tobogán de barro que apenas había empezado a escalar hasta que a mitad de subida sintió una mano amiga que le aligeró de los trastos que le lastraban. Era el vecino del 2 el que acudió a ayudar al ver las dificultades del compañero y se cargó de rifle, morral y sombrilla para ayudar a Pedro a alcanzar la tablilla en medio de aquel aguacero.
Se saldó para el 3 la montería con un machejo abatido con escopeta, varios resbalones y la alegría de saber que caza con gente de tanta categoría personal y cinegética como el Dr. Juan Francisco Cobo y su familia a la que yo quiero siempre en mi armada y a la que están dedicadas estas letras.