Pocos puestos y pocas rehalas, pero buenas. Allí estaban los podencos de Fran Garnica, los atravesaos de su hermano Enrique y "los espartanos" de mi buen amigo Antonio Aguilera que me invitó a acompañarle.
Los carriles estaban difíciles de verdad y no dejaba de llover. La vuelta se adivinaba complicada.
Si no llega a ser por tan especial compañía, la montería hubiera sido insufrible en el 3 de La loma del Gorgojil. Y eso que no estaba en mala zona: todos los puestos que nos rodeaban tuvieron ocasión de tirar pero no era nuestro día. Suplimos la escasez de lances con una deliciosa tertulia por lo bajini de la que aprendí muchas cosas de la montería, de las rehalas,...de la vida.
Me quedo con un día intenso al lado de un rehalero ejemplar y gran amigo.
1 comentario:
Fue un placer compartir este malísimo dia de montería contigo.
Espero se repita
Un abrazo
E.Garnica
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