El arrui y el niño.

Toros y Caza está abierto a la participación de sus parroquianos. Mucho más si los protagonistas son amigos y aún con más motivo si el relato está escrito con tanta pasión y tan buen gusto como el que Carlos Galán-Ocaña Nogales derrocha en estas líneas. No tienen desperdicio:

Dicen las gentes que saben de caza, aquellos que lo siguen sintiendo como una forma de entender la vida,la pasion y la muerte,que hay momentos en los que la vida del animal y la de uno mismo se desarrollan a la par. Hasta que esas lineas dejan de ser paralelas para cruzarse en el monento justo. A veces ese momento apenas dura lo que un suspiro...un venao a la carrera,un cochino en un trasluzón. Otras, sin embargo, puede llegar a durar toda una vida. Yo,sinceramente, tambien lo creo. Y esta historia que os cuento es una prueba de ello.

La pelicula se empezo a grabar mucho antes de nacer yo y aún mucho antes de que naciera mi amigo. Empezo con el trabajo y la aficion de un hombre que, a dia de hoy, escudriña desde la más alta nube, las carreras de sus crias. En especial las de su hijo y de su nieto,ambos con identico nombre.Esa fue la celula madre que permitió lo que hoy escribo, muchos años despues. Esa fue la persona que los envenenó con esta droga sana. Y fue quizas el camino que los llevo hasta mi. O a mi hasta ellos. Quien sabe....

El caso es que la caza nos unió, y rezo porque así siga muchos años.

Esta vez, su voz me llevo a tierras levantinas, hacia donde me dirigía con el coche cargado,como siempre, de ilusión... y vacio,como siempre, de gasoil (es un lujo caro el coche...).
 La intencion era la de cazar. ¿El que? Ya se verá. En principio cochinos en espera,y con mucha suerte arruis (un animal de costumbres totalmente desconocidas para mi)

Pablito, que asi se llama mi amigo, llevaba mucho tiempo preparandome un comedero. Un comedero con el que sueña todo esperista. Una baña perfecta y un comedero tomao a más no poder. Tambien los arruis compartian mesa y mantel.
Y la camara comienza a filmar. Me salto los trailers del principio, por no hacer de esta, una historia infinita.

La primera escena aparece ya en el carril de tierra. Dos postes metalicos unido por un cable de acero impiden el paso a coches ajenos a ese precioso trozo de gloria plagada de pinos. Pinos que crecen abrazando sus ramas haciendolo impenetrable para aquellos que no merecen pisar ese suelo. Solo aquellos que van a cuatro patas, que vuelan, reptan o trepan por sus troncos poseen semejante privilegio. Nosotros solo estamos de paso...y por lo limpio.

Ya allí bromeo con Pablo y Humberto (su hermano que parece un galán de película antigua). A la izquierda una cimbra con sombrero de piedra y monte bajo. Apunto con mis prismaticos y lo suelto:

- alli!!!!alli!!!!dos arruis!!!!.

Los hermanos miran rápido y buscan sin encontrar. Me miran y al verme reir asumen que todo no era más que una farsa. Otra forma de calentar los ánimos aún mas de lo que ya estaban. Empezamos ya, entre risas y nervios, a correr por aquel camino de piedra y arena.y no eramos los únicos,pues mas adelante nos cruzariamos con un biciclista embutido en su maillot ajustado y de colorines psicodelicos.
Ya los ojos abiertos y los sentidos bien centrados. Y al llegar a la bajada que nos lleva hasta la casa, pablito me advierte,precavido:

- Carlos, por aqui baja despacio que no hagas ruido, pues las cabras suelen encamarse en la cará de la derecha.

Asi pues, prosigo mi lento deambular, rumbo a ese puesto tan esperado.
Hare uso, si buenamente me lo permitis, de una frase que aun sobada de uso, es absolutamente cierta. Y es que la realidad, a veces, supera la ficción. Podria haberme imaginado cualquier situacion. Cualquiera menos aquella. Y pasó. Lo vi. A escasos cincuenta metros, subido en un bancal, con las barbacas al aire,entre desafiante y curioso,y su cuerpo recortado monstruoso con los pinos de fondo. Como no, clave el coche. La voz la perdí. La capacidad de hablar anulada por semejante aparato. Y me costó:
- el....el...el....el.....EL ARRUI!!!!

Los dos hermanos ni levantaron siquiera la vista. Incrédulos.
- jejeje anda y tira pa'lante que ya vamos tarde.
Yo, cual San Pancracio, con el dedo en increible ereccion, no paraba de señalar mientras balbuceaba.

-el......el.....el aaaaaaa.....EL ARRUI COJONES!!!!!!


Quizás por mi cara de espanto comenzaron a creerme y miraron. Sus caras fueron la mia, unos segundos antes cuando lo ví, inmovil.
Pablo y yo nos miramos y sin hablar nos entendimos a la perfeccion: Que coño hacemos!!!! Segundos de duda y decimos al unisono:
- ¡¡¡EL RIFLE!!!! (obvio....)

Con el coche en marcha y el arrui viendo nuestra representacion del camarote de los hermanos Marx con la cancion de benie gil de fondo, nos vamos al maletero. Aquello parecia un mercadillo. Nevera, bolsas de comida, forros polares, jerseys, pipas, chicles, caramelos....de todo!!!!convencido estoy de que ni Sanchez Gordillo llevaba tantas cosas en su carro del mercadona. A ver.¡¡¡Organizacion!!!! Pablo saca el rifle. Yo las balas . Pablo levanta el alza. Yo le meto dos balas. Nos miramos y...¡¡¡.nos peleamos!!!

- ¡lo tiro yo!- le dije

- ¡y una mierda!- espetó tajante

- ¡otra mierda pa tí! ¡que vengo desde Jaén! - reproché facilon

- ¡y yo llevo detras de uno un chorro de años!

Y ahi fue. Un segundo. Una reflexión rapida como un rayo. Estaba ahi para él. Este es el momento en el que las lineas se cruzan. Y en este caso, por suerte y gracias a la paciencia/curiosidad del arrui, duro algo más que un suspiro.

- ¡Zumbale pablito! - le dije feliz

Le sonreí y nos fuimos a por el. Humberto mientras tanto, a punto estuvo de ponerse a hacer ganchillo para matar el tiempo.¿Y el melenas? ¿Qué pensará de esto el rubio? Se debió de dar cuenta del cariz que estaba tomando el asunto pues, despues de descojonarse de nuestra pesima interpretacion, decidió correr bancal alante. Y gracias a dios. Porque si tira para arriba lo perdemos para siempre.

- ¡Pablo, al batmovil!
Y salimos en su busca y captura carril alante. Peeeeero, y en todas las buenas historias hay uno, me percaté de que el maletero seguia abierto. Y que la nevera, funda del rifle y el morral decidieron tb, aceptar un papel en esta tragicomedia y se aventuraron al vacio.

Resultado: Un arrui que huye a la carrera, un maletero abierto, todos los archiperres esturreados en 20 metros de carril , y yo sin saber que hacer.¿ Me bajo, recojo y subo al coche? Y para cuando me vuelva a subir el señor de barbas esta en su casa con su mujer contandole que tal le ha ido el dia. ¿Solucion? Probar el ABS del automovil y clavar los frenos. Y....¡bingo!se cierra la puerta con un estruendo tal, que pense que terminaria con el cogote lleno de cristales. Y así seguimos carril abajo y a cuarenta metros,otra vez él. Impávido. Imperturbable. Impresionante. Imbécil.
 Parado de nuevo mostrándonos gentil sus barbas, y detrás de estas,su pecho de hierro. Pablo, veloz, se baja del coche y corre carril abajo ,y en un almendro que parecia que habia sido sembrado con ese fin, apoya el frio acero mirando directo como una flecha a su corazón. Ruido atronador. La bala a velocidad mortal le alcanzó. Y él, herido de muerte, y buscando un sitio donde mitigar ese fuego que ardía en su interior, se dejó caer a escasos metros, mientras veía como el telón se iba cerrando y los focos apagando. Y su último aliento fue para agradecer a esa sierra,a veces cabrona y otras generosa, todo aquello que el recibió durante todos estos años de arrastrarse por riscos y pinares. Y al final. La lineas se juntaron donde y como se tenian que juntar. Y nosotros compartiremos siempre, estemos donde estemos,este recuerdo.

Y cuando una puerta se cierra, otra se abre. Este macho dejó entre los pinos su semilla. Un trazo empezado con lapiz que se juntará, en su debido momento, con otra linea que pase por alli....
P.D: Gracias de todo corazón a la familia Silva-Pastor por este fin de semana. Ha sido todo un regalo.