Los que me leeis, lo sabeis: Yo, a la menuda...cero.
No es que no me guste, es que, igual que la Tónica Schweppes, la he probado poco.
Sin embargo el otro día, merced a la generosidad de un buen amigo, tuve la oportunidad de echar una mañana de chanteo a los conejos de lo más divertida en la que demostré que puedo ser invitado por cualquier dueño de coto sin miedo a que peligre la población de este roedor.
¡Qué estupenda mañana pasé junto a Rafa, Vicente y Félix! La pericia de estos últimos es pareja a su calidad humana y cinegética y me sentí como en casa con esa terna que sólo tuvo amabilidad para mi.
Rafa y yo hicimos lo que pudimos cobrando un número de conejos comprendido entre el 1 y el 50 que no puedo precisar porque las agujetas en las piernas han debido afectar a mi memoria.
Saludos.
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