A dos días de certificar la defunción de la muerte de la Fiesta en Cataluña, proliferan los actos de protesta por parte de los aficionados que nos lamentamos de tan dura pérdida.
Nos lamentamos por la pérdida y nos lamentamos por no haber hecho todo lo que podíamos cada cual desde sus posibilidades. Desde el figura más encopetado al más humilde aficionado, pasando por empresarios o ganaderos, todos hemos visto como nos comían terreno cuatro gatos mientras mirábamos para otro lado. Especialmente flagrante ha sido la tibieza de los profesionales del sector ante el ataque abolicionista.
Y ahora, nos rasgamos las vestiduras y nos movilizamos cuando faltan dos días para que en Barcelona se oficie el funeral de la Fiesta Nacional en Cataluña.
Me siento triste e indignado y, ahora mismo, lo único que me pide el cuerpo es gritar un "Sí a los toros" con todas las fuerzas del teclado y maldecir a esos políticos de pacotilla que olvidan que su misión es luchar por el progreso y el bienestar de sus ciudadanos.
Por la Tauromaquia y su cultura, por las tradiciones, por la libertad, por el toro...¡Sí a la Fiesta Nacional!
1 comentario:
Sí a la fiesta, joder! Ya nos van a prohibir hasta respirar.
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