A falta de un mes para que en Andalucía se abran los remolques de las rehalas y suenen disparos y caracolas en nuestras sierras, los aficionados a la montería vamos ocupando nuestra mente, si es que en algún momento dejó de estarlo, con imaginaciones sobre lo que nos deparará el próximo ejercicio montero.
Nos ponemos de puntillas en Toros y Caza para intentar adivinar cómo se presenta la temporada venidera y que nos conteis vuestras impresiones.
En lo meramente cinegético parece que no es un gran año. Han faltado lluvias en momentos cruciales y las cuernas de los venados se han quedado un punto más finas de la cuenta y con peor remate. Estos síntomas están más atenuados en fincas con mejores cuidados y gestión que en aquellas en las que se cosecha "lo que da el campo cada año". No obstante seguiremos viendo importantes trofeos de cervuno en las juntas porque más que un descenso acusado en la calidad es una bajada de un escalón que parece haberse notado más en la Andalucía Oriental que en la Occidental.
En el aspecto económico, la caza mayor se bambolea al compás que marca la maltrecha economía y sigue costando trabajo vender puestos. Sin embargo, en el ámbito de organizaciones profesionales se oyen opiniones que apuntan a una ligera mejoría del mercado, no sin antes haber adecuado cupos, precios y condiciones a la debilitada demanda. Proliferan empresas organizadoras de cacerías y nuevos grupos sin ánimo de lucro que han cambiado el paisaje del mercado de puestos de montería en Sierra Morena. La oferta ha crecido y eso es bueno para el consumidor siempre que se sepa distinguir el grano de la paja.
Por último, el aspecto legal de la caza mayor es el que más cambios esta sufriendo especialmente en materia laboral.
Las inspecciones de trabajo se asomaban de forma inusitada (y esporádica) la pasada temporada y eran el aviso de lo que se avecinaba: un control más riguroso de todo el personal que toma parte en una montería a partir de la temporada 2014-2015. Especialmente peliagudo se presenta el asunto en lo que atañe a las rehalas. Asunto que aún está vivo en la calle con movilizaciones por parte de los rehaleros que ven en las exigencias del Ministerio de Trabajo un lastre más que llevar en su ya pesado zurrón. Muchos se plantean si se puede mantener una rehala con los elevados gastos que conlleva a cambio de un puesto en una montería de medio nivel o a cambio de una propina. Se necesitará, probablemente, un esfuerzo y bastante mano izquierda por parte del sector y de la Administración si se quiere conservar la rehala española tal como la conocíamos hasta nuestros días.
Esperemos que la 2014-2015 sea una temporada fructífera, apasionante y con ausencia total de accidentes. Si quereis contarnos qué esperais de ella en cualquiera de sus facetas... os esperamos en comentarios.
4 comentarios:
Pues yo personalmente, lo primero que se llegue a un acuerdo satisfactorio para todos en el tema de las rehalas y el ministerio,después y los mas importante es en las salidas al campo que no ocurra ningún accidente y que todos podamos disfrutar de esta droga que es la montería,y del campo en general, en lo personal la verdad que me he echo un programita muy apañado del cual tengo depositadas grandes ilusiones ya que todos los años cumplen esto no quiere decir que yo vaya a abatir,si no que salgan bien en lo general,todas tienen calidad y cantidad y sobre todo seriedad en la organización que para mi es fundamental.
Que nos mire el Gobierno con cariño o nuestros hijps no conoceran la monteria española. Lo de las rehalas necesita una solucion ya-
A.M.
Pues yo, amigo Picatoste, espero... grandes venados, enormes jabalíes, impresionantes gamos, soberbios muflones, y como no, magníficos... caterings!!!
Un abrazo Papi!!!
Querido Paco, cuánto tiempo sin emborronarte esta página tuya, tan aseada.
Lo hago hoy, excitado por los pocos días que quedan para lo nuestro y bien resguardado, a la buena sombra de Rafalín, que no es mal sitio.
Enhorabuena y gracias por esas líneas tan bien escritas de puntillas. Sólo les pongo una pega, por tal de ponerte alguna y para no perder la costumbre: que sea la última vez que nos llamas consumidores. Yo sé lo que quieres decir y lo dices bien, pero que sea la última vez.
Hogaño, hay que hacer un esfuerzo y coincidir como sea en alguna junta, aunque sea como usuarios, Un abrazo,
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