José Manuél Sandín y Deslumbrado

 

 

Las cosas de la vida me pusieron el Sábado en el burladero de la plaza de tientas de La Marquesa. Con esa agua bendita que cayó durante cuatro días por Linares no me imaginaba yo que vería de cerca a José Manuél Sandín lidiar a un castaño de la "L" el fin de semana.

"Deslumbrado", nº 15 era un cuatreño que había enfermado del hígado. A pesar de los cuidados y una alimentación especial, el animal perdía peso de forma alarmante y los veterinarios aconsejaron sacrificarlo.

El toro había perdido entre 80 y 100 Kilos en muy poco tiempo y, a pesar de su delgadez, enseñaba sus buenas hechuras. Tenía pitones y expresión de tío. Estuvo reseñado para Linares buena parte de la temporada y al final se quedó con sus hermanos para lidiarse en el 2013 como cinqueño en una plaza fuerte. Pero la enfermedad lo enchiqueró en los corrales de la rojiza plaza antes de tiempo. Era hermano de otro castaño que sirvió, y de qué manera, a Perera en Ciudad Real.

Sorprendió cómo una res tan debilitada pudo desarrollar tanto poder. A tres caidas iniciales  producto del ímpetu sin controlar le sucedieron un sinfin de embestidas en las que el toro experimentó cambios y matices pero marcadas por la raza, la codicia y la prontitud.

 De fácil no tuvo nada el toro pero es que delante estaba un torerazo que va creciendo a pasos de gigante con las ideas cada vez más claras y en una forma física realmente buena.

José Manuél Sandín picó y banderilleó el toro con su muleta (No entró el toro al caballo por lo débil de su estado) y después de treinta muletazos de poder, vinieron otros treinta de asentamiento ...¡y otros 30 de gustarse! Lástima de enfermedad porque era un toro para un plaza grande, lo mismo que el torero.

Grande también la generosidad de los Morales y toda su familia (la carnal, laboral y "arrejuntá") que nos hacen sentir en su casa como en la mía.

El Domingo noche, bajo la atenta mirada de las fotos de Freddy Mercury, Bob Marley y los Rolling Stones, prosiguió una tertulia de esas de grabadora. Antes de que se cerrara la noche en agua, me salí por un portillo a encamarme y regustarme con el fin de semana tan bueno.

P.D:Fran, de dulce.