Siempre va mi collera con el Mannlicher al hombro y su Cannon en el morral. Pero antes que eso, lo primero que echa al maletero es el buen humor.
Reparte sensatez y saber estar en la misma medida que bromas e ingenio.Sigue siendo el pequeño de la casa pero caza y tira (que para mi no es lo mismo) mejor que yo...durmiendo.
Es disciplinado monteando: Si está cazando está cazando. Las bromas después, en la junta y con su Legendario cola en la mano.
Yo disfruto con él cada día de montería y , que no se me moleste nadie, no puedo imaginar mejor compañero para ir a la sierra.
Muchas de las fotos (las buenas, por lo general) que ilustran este blog son de mi collera, mi hermano Julio. Así que aquí, delante de toda la parroquia hermano, te doy las gracias por esta temporada que hemos echao...y a por la próxima.