La confianza en la caza, se pierde y se gana de un día para otro. Y yo la tenía perdida desde La Onza. Poca fé le tenía yo al 2 de Cebrián y quienes conocen la mancha bien se empeñaban en levantarme el ánimo. "Eso se lo dirás a todas", pensaba yo cuando Fernando me decía que los cochinos corrían por esos pelaos entre los pinos que daba gusto verlos.
Y corrió una marrana que valía por cuatro. Se la matamos a cinco perros con la "S" en el lomo cuando casi le echaban mano en el arroyo. La hubieran agarrado porque los perros tenían muchos pies y la marrana muchas arrobas pero ella y ellos me dieron el tiempo justo para culminar un lance que me vale para toda la temporada...y que me terminó de devolver la confianza perdida.
Antes, dos venados ya me la habían empezado a reintegrar, especialmente con un tiro a uno de ellos que corría como alma que se lleva el diablo delante de otro can con la "S" tatuada.
Pero la confianza es como la materia, que ni se crea ni se destruye, tan sólo se trasforma y estoy seguro que para que yo me encuentre hoy deseando que me corra una liebre a 200 metros, tiene que haber otro que haya pedrido su seguridad y ande pensando en vender los rifles. Es pasajero, aseguro.
De vuelta a la junta se puede apreciar la grandiosidad de esta finca. Grande en extensión y en posibilidades que crecen con los trabajos que se le hacen cada año.
Grande también fue el número de reses que se cobraron, pero no lo sé con exactitud pues fui madrugador en marcharme. Poco más de cien venados, docena de muflones, la misma que de marranos y otro ciento de pepas. El nivel, algo mejor que en años anteriores en la misma finca con un venado medalla de bronce y con un muflón que va a merecer idéntica condecoración. Una numerosa primera línea de buenos venados de 12 y 14 puntas, luego "la infantería" y por último un grupo de venados pequeños y selectivos que estaban contemplados en el cupo.
Un monterión, vaya. éntre los que cobraron alguna res con nombre propio (no Luis, pero si algún Antoñito) estaban Andrés, Pablo Silva, Guille y Victoria, Bonilla y cía, Antonio y me imagino un largo etcétera que no puedo reseñar.
A título personal me atrevo a felicitar a directiva, perreros, arrieros, maestros de sierra...etc porque armar, montear y recoger una montería de esta envergadura y número de piezas tiene miga.
Un sólo pero: ¿Para cuando mi Luis?
Se os quiere.
En breve, las fotos que tengo.
P.D 1. Vicente, eres un crack y es una suerte y una alegría verte en las juntas.
P.D 2: Reestreno de botella de sorteo. Esa botellita me debe un pavo y me lo tiene que echar más pronto que tarde.
P.D 3: Mi compañero y amigo Pepe amenizó la faena con un rioja del 2007 que me hacía ver venaacos los varetos, una caña de lomo y un queso de obeja de pronóstico reservado.
3 comentarios:
Finalmente el muflon abatido por mi padre ha dado bronce pasandose tres puntos.
un saludo
Un lujo esos perros de Morenés, y un lance especial matarles un cochino.
JP.
Preciosa finca y muy buen resultado, esperamos las fotos con ansiedad, no tardes.
Saludos.
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