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lunes, 10 de febrero de 2014

Gancho en La Marquesa. 9 de Febrero de 2014.


Los toros y la caza son dos cosas que me apasionan y dan sentido a este blog. Esas dos aficiones, cuando están aderezadas con amistad sincera se convierten en un verdadero lujo para el alma. .
La familia Morales abría las puertas de su casa para dar un gancho de marranos en la zona de monte que tiene La Marquesa. En el cercado más próximo a la entrada, cuatro  imponentes cinqueños con trapío para Madrid daban la bienvenida entre la niebla al personal que se iba congregando junto a las cuadras de la finca con las expectativas de pasar un buen día de campo. José Antonio López, la persona que había preparado la mancha y organizado (muy bien, por cierto) la montería, el personal de la finca y la propiedad sabían que podía ser algo más que eso.
Rápido sorteo por armadas y pronta colocación de los puestos. Tuve la doble suerte de acompañar a Alberto en su puesto y de ocupar una preciosa atalaya sobre un puntal que dominaba desde arriba el Río Guarrizas, tenía frente por frente un precioso pechoenfrente y a la izquierda los barracones del polvorín del cuartel de Vadollano.
Nada más ponernos, sin soltar aún los perros, se levanta una piara grande que pone a toda la armada echando humo. Nos quedamos con dos de ellos y los puestos contiguos también hacen carne mientras los marranos que se libran del fuego se pierden camino de La Aceitosilla. Espectacular comienzo.
Se van oyendo durante toda la mañana detonaciones sueltas pero es cuando se re acercan los perros (2 rehalas al choque) cuando empieza a temblar el cerro del Martinete. Hubo una media hora de infarto. Un marrano pequeño cruza el rio y le envío un recado que no recoge. Otra piara sube del río hacia la cuerda y le echamos toda la munición que podemos sin más resultado que apretarles la marcha. Toman la dirección del puesto de Alfonso y Agu pero se cuelan sin ser vistos. Pasan cinco minutos y una marrana cumple al puesto. Nos quedamos con ella mientras con el rabillo del ojo Alberto me canta un marrano con buenas hechuras remontando el río. Decidimos no tirarlo porque va a cumplir al puesto de enfrente. ¡Qué atestón de guarros! Se generalizan las tiradas. De vuelta a los remolques aún levantarían los perros algún cochino encamado mientras empezaba la gente a sacar los marranos del monte con muchas fatigas porque el terreno, especialmente duro en las vertiente del río, y la lluvia no ayudaban. 
Reparador almuerzo rematado con unas buenas papas en caldo mientras se van colocando los cochinos cobrados entre sillas de montar, petos de picar y otros arreos del toro y el caballo. Quince jabalíes se presentan en el cemento y otros cuatro cinco se quedan sin poder sacarse.
Gran resultado y gran jornada de caza que con un día menos desapacible hubiera sido de Guiness con poco más de veinte puestos.
Hace un rato acabo de terminar de secar  las armas y el morral y me ha servido para relamerme con lo que me gusta: Los Toros, la Caza...y los Amigos. Hasta la temporada que viene.   

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿20 marranos a 5 kms de Linares? Estos bichos no dejan de sorprenderme-

Anónimo dijo...

La familia Morales no solo criar buenos toros, sino que también muchos cochinos.
Enhorabuena.