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domingo, 11 de marzo de 2018

Asamblea y comida XXV Aniversario de Montesa.

En las mismísimas faldas de la Santísima Virgen de la Cabeza y en un lluvioso día, tuvo lugar, en la Casa que la Hermandad de Andújar tiene en el santuario de La Morenita, la asamblea y actos de celebración del XXV Aniversario de la fundación de la Asociación Deportiva Monteros Sierra de Andújar. La efeméride tuvo capacidad de convocatoria y acudieron a la cita más del 80 % de los socios acompañados por sus familiares en muchos casos.
Comenzó madrugador el programa de actos con una misa solemne en el Santuario y , posteriormente Don Antonio Galán pronunció un sentido pregón en el que ofrecía a sus compañeros su visión de estas 25 temporadas.
 A continuación empezó la asamblea en la que la directiva y socios hicieron balance de la pasada campaña y fueron estableciéndose las directrices de lo que va a ser la próxima temporada. Se analizaron resultados y se comentaron diferentes aspectos de las fincas que la sociedad tiene en cartera.
La asamblea dio paso a una agradable comida de hermandad en los salones de la casa y en los postres se dieron algunos reconocimientos a los socios que cumplían 25 y 10 años en el seno de Montesa. También hubo un detalle para los monteros que abatieron las mejores reses de la temporada que acaba de finalizar y para la imbatible collera Roberto Ruiz - Basilio Gallego que fueron los socios  que más reses cobraron en un año. Nada menos que 43 reses en la 16-17.
Una de las ovaciones de la jornada se la llevó el jovencísimo Eduardo Martínez Cascales que recibió orgulloso su título de montero de manos del presidente Emilio Briones. Apunta maneras el pequeño Edu que tiene la suerte de contar con el ejemplo, en la caza y en la vida, de dos padres extraordinarios. ¡Enhorabuena a la familia!
El momento más emotivo del día fue, sin duda, fue el reconocimiento y homenaje a José Antonio Medialdea como uno de los fundadores y primer presidente de la entidad  y que recogió el aplauso y cariño de todos los presentes.
Con el sorteo de regalos, unas copas en amigable charla y muchas bromas fue tocando a su fin la jornada. Los más valientes, que hacían noche en algún hotel del Santuario,a buen seguro que prolongaron las tertulias hasta bien entrada la madrugada.


 

domingo, 4 de marzo de 2018

XXV Aniversario de Montesa.


No es un logro baladí. No lo es que una asociación, sea del tipo que sea, alcance el cuarto de siglo de vida. Mucho menos cuando se trata de un grupo dedicado a la práctica y el fomento de una actividad como la caza, tan atacada e incomprendida en los tiempos que ahora corren.
Es de justicia recordar  la trayectoria y  ponderar los logros que han traído a la Asociación Deportiva Monteros sierra de Andújar hasta aquí.
 Su génesis fue en el año 1993 y sus inicios necesariamente modestos. Los primeros programas estaban constituidos por 7 u 8 monterías de nivel medio o bajo en las que a duras penas se alcanzaba un coeficiente de 1 res por puesto. A título de curiosidad, la primera montería del grupo fue Ventanueva, en la que 80 puestos cobraron 56 reses.
Valquemao, Tinajones, La Loma del Majano, Barranquillos…eran algunas de las fincas que adornaban la cartelera de Montesa en aquella época aunque fue El Pimpollar el buque insignia del grupo en los años 90 aportando calidad en aquellas monterías en las sierras sevillanas planteadas con un sistema de cupo corrido en varias jornadas de caza.
Cambió el milenio con la sociedad totalmente consolidada y creció el programa tanto en cantidad como en calidad alcanzando un nivel que no solo se mantuvo sino que se fue creciendo de forma sostenida. Eran de 10 a 12 las monterías que se daban en los primeros “dosmil” y ya cada año había 2 o 3 monterías de campanillas. La Bonagua, Corchuelos, La Chimorra, Torrecillas (una de las fincas que más ha cazado Montesa), Los Membrillos, Valdelagrana (un monterión fuera de abono), Santa María de Taqueros eran nombre que creaban expectativas en aquellos años aunque si hay que resaltar una finca que se apuntaba con el rojo de la ilusión en la agenda de los socios, esa era Españares de Ramos. Nada menos que 20 cacerías organizó la sociedad en la finca cordobesa con algunas de ellas para el recuerdo. Fue también habitual en aquellas campañas la presencia de monterías de la Junta de Andalucía con especialmente buenos resultados en las de la provincia de Córdoba: Montera Alta, Montera Baja, Las Erillas…etc.
A final de la década, en 2006, se da la primera montería en La Loma de la Higuera. Una finca que sería llamada a ser el santo y seña de Montesa con el tiempo y a dar muy buenas monterías en los años posteriores.  Los primeros días de caza en la finca cordobesa estaban caracterizados por mucha cantidad y muy poca calidad. Había en ocasiones cupos combinados de reses selectivas con venados “normales” buscando la mejora de los trofeos que ha ido llegando con el tiempo hasta llegar a dar algunas jornadas memorables.
Empieza la segunda década del siglo XXI con la temporada más numerosa de la historia del grupo. En la 2010/2011 disfrutamos nada menos que de 16 monterías. Supuso además, un despegue muy significativo de la calidad de las reses cobradas. Contribuyó especialmente al crecimiento del medallero El Gorgojil, finca en la que Montesa ofreció una de las mejores y más completas monterías de su historia hasta aquel momento. A pesar de un día infernal en lo climatológico, aquel 27 de Noviembre 37 puestos cobraron casi 80 reses con una calidad media altísima y con una docena de venados que pasaron ,algunos con holgura, el tamiz de la homologación. Memorable.
En los años inmediatamente posteriores el programa fue modificando su “fisonomía” y empezaba a parecerse a lo que es hoy en día. En la temporada 2011/2012 el grupo debuta en Cebrián y al año siguiente lo hace en Pozasnuevas. Dos fincas de muy alto nivel, la primera por la calidad de sus reses y la segunda por lo completo y espectacular de sus resultados. En ambos cazaderos ha habido días buenísimos de caza que han llegado hasta la actualidad. Por el camino, un rosario interminable de nombres con la máxima solera cinegética: La Peña, El Pilar, Los Conventos, Caravales, Alta Baja, Barranco San Miguel, El Álamo, Mezquetilla, Puerto Bajo…etc hasta culminar con la temporada del XXV aniversario.
Una ambiciosa programación, la preparada para este año, que ha estado condicionada por una dura sequía previa que aún nos azota y que hecho que el nivel de las cuernas de los venados se haya visto claramente afectada. Cebrián, Pozasnuevas, las dos monterías de La Loma, La Armenta y Los Labraos han supuesto las luces mientras que El Socor y San Agustín han sido las sombras de una buena temporada en general en la que ha habido que sortear , con pulso firme y claridad de criterios,muchas visicitudes que han ido sobreviniendo según avanzaba la temporada.
Las espadas de la ilusión están en alto y , quien más quien menos, ya piensa en el adelanto de la próxima temporada que , si no lo arregla una Primavera generosa, podría estar condicionada también por la sequía y la escasez de alimento en nuestras sierras.

El Futuro

Es de ley recordar la trayectoria y a las directivas que hicieron nacer y crecer a Montesa hasta llegar a convertirla un referente de este tipo de asociaciones.
 He visto pasar por sus filas muchos aficionados que en algún momento formaron parte de su nómina de socios. Ha visitado el grupo casi un centenar de fincas donde ha hecho tronar sus armas en el espectáculo coral que es la Montería Española. Han oído sus socios el eco de decenas de caracolas de las rehalas más conocidas de nuestras sierras. Hemos compartido jornadas con muchísima gente del campo que, con su trabajo, hacían posible los días de caza. Todos esas personas y lugares han dado un pespunte con el que se ha confeccionado el traje que hoy conocemos como Montesa. Desde los fundadores (Antonio García, Emilio Briones, José Quesada y José Antonio Medialdea), hasta el socio más reciente han hecho su aportación en distinta medida a la idiosincrasia del grupo.

Hoy nos encontramos ante el reto de continuar el camino en un escenario muy distinto del que había a principios de los años 90. La caza sufre hoy ataques en mayor grado que hace 25 años. El lobby ecologista, en ocasiones con un tinte radical, tiene el respaldo de algunos medios de comunicación y el visto bueno de algún partido político. Con esos apoyos y la inhibición de otras fuerzas e incluso de las autoridades, la caza es acosada día sí, día también y presentada ante la opinión pública como una actividad deleznable que atenta contra el medio natural. ¡Qué lejos de la realidad!
Por si fuera poco, una actividad autoregulada en gran medida durante siglos ha tenido que adaptarse a la híperlegislación que han traído los nuevos tiempos. Cumplir con la multitud de normas de carácter técnico, sanitario, fiscal y laboral ha supuesto un gran esfuerzo para todos los agentes del sector cinegético, especialmente para las sociedades sin ánimo de lucro como es la nuestra.
Por último, para terminar de dibujar el panorama en el que se desenvuelve Montesa hay que destacar la aparición en escena de muchas empresas organizadoras de monterías así como del nacimiento de otro buen número de grupos y peñas aumentando la sana y leal competencia e influyendo al alza en el precio de las fincas. Una tendencia alentada al amparo de los primeros signos de recuperación económica.

En este escenario afrontamos nuestra vigésimo sexta campaña y no sería justo pintar el horizonte de oscuro ya que a la Montería Española se va acercando gente joven que aporta ilusión y ganas no exentas de buen hacer. Del mismo modo ocurre en Montesa que ha recibido savia nueva con la incorporación de nuevos socios y que han encajado a la perfección en el seno del grupo. El carácter familiar de nuestras monterías hacen que los más pequeños vayan incorporándose poco a poco y de la forma más natural a la modalidad reina de la cinegética en España.
Con la ilusión del recién llegado, la madurez del veterano y sin ningún tipo de complejos debemos ejercer nuestra afición. En primer lugar porque, con ese espíritu, disfrutaremos más nuestra pasión y le sacaremos mayor partido a nuestras jornadas de caza. Además, porque con esas armas, como grupo y desde nuestra íntima posición de montero, podremos ser defensores de la modalidad de caza que nos apasiona y de la práctica cinegética en general.
No podemos hacerle mejor favor a la caza que practicarla con intensidad, sin pudor y naturalidad. Buscando siempre la manera de preservar la pureza y autenticidad de la Montería Española. Respetando la pieza, cuando está viva y cuando yace a nuestros pies. Cuidando y preservando el campo, dándole su sitio a las rehalas, a los arrieros, postores y demás gente que trabaja en nuestros días de caza. Velando por la seguridad nuestra y la de todos, siendo buenos compañeros. Con Esa actitud, no sólo en nuestras jornadas monteras sino en el día a día, siendo, en definitiva, el mejor montero posible es como más eficazmente podemos defender la caza.